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domingo, 5 de febrero de 2017

DE VUELTA A CASA


La Parroquia de Santiago siempre será nuestra casa, nuestra Parroquia, pero ese sabor que nos deja el cruzar el umbral de la Ermita de la Rosa, es algo indescriptible para los sentidos de un "panciblanco", es el regreso al hogar.

Desde que en junio se percibiera el movimiento de algunas partes del retablo del Altar Mayor de la Ermita de la Rosa, nuestras veneradas imágenes, así coma la Titular de la Ermita, Ntra. Sra. de la Rosa, compartieron templo con las Hermandades de Pasión de la Vera Cruz y del Resucitado en la Parroquia de Santiago. La capilla de San Pedro o la del Rosario, han sido testigos de nuestra estancia, cómoda estancia en el Templo donde San Francisco Solano, recibiese las aguas del bautismo.

Pues ayer, sábado 4 de febrero fue el día elegido para regresar a la Ermita de la Rosa, pero está vez a lo grande, con un Solemne Traslado que bien merece el trabajo realizado desde algunas de las vocalías de nuestra Hermandad. Entrega de hermanos costaleros de las diferentes cuadrillas, así como de ex-costaleros y personas muy apegadas a María Santísima de la Esperanza que fueron los pies de la Reina en esta ocasión.

Y como no podía ser de otra forma, siempre implicados con nuestra Ermita y la Titular de nuestra Ermita, fue portada por costaleros que voluntariamente quisieron ser los elegidos en esta histórica ocasión, ya que solo se tienen informaciones que la Virgen de la Rosa salió a la calle en el año 1940 según su Hermana Mayor, Dª. Concepción Hidalgo.

Aunque el horario previsto eran las 18:00 h. y un recorrido mayor, se decidió en Cabildo de Aguas recortar el traslado pro el camino más corto y hacerlo cuando cesara la lluvia y es que los Ángeles no se quisieron perder la ocasión y sus lágrimas de emoción mojaban las calles de Montilla. Con nubes y mucho viento se realizó el traslado en un ambiente solemne, con pellizquito, andando al compás del corazón hasta llegar por los juzgados a la plaza de la Rosa.

Elegancia al andar, aunque esté mal decirlo nosotros mismos, pero llevábamos tiempo sin ver esa zancada propia del Señor cuando busca a sus hijos y como se explica que dos reinas gobiernen a la vez esta plaza, que no es otra cosa que el getsermaní del Jueves Santo.

Si nos quedamos con ganas de más, pero lo breve y bueno... Ya se sabe. Uno a uno entraron nuestros titulares, Jesús de la Oración en el Huerto, Jesús Preso, Stmo. Cristo de la Columna y María Stma. de la Esperanza, cerrando el cortejo la Virgen de la Rosa, que entró en la Ermita a los sones de La Salve y ni enseñado, sin martillo, se poso sobre su casa con las ultimas notas del rezo.
Ahora sí que brilla al Ermita, ni nubes, ni vientos... Corazones y fe a nuestros Sagrados Titulares, los cuatro y a la Rosa que florece en la Ermita.
Felicidades Hermanos ya estamos en casa.