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viernes, 5 de abril de 2013

SEMANA SANTA 2013 Y DE NUEVO BRILLÓ, ESTA VEZ SIN SOL

foto: Toñi Barba
Menuda semanita de agua, desde aquí nos unimos y apoyamos a todas las Hermandades que no hayan hecho Estación de Penitencia por las inclemencias meteorológicas, todos sabemos que la Semana Santa no ha sido, ni por asomo, la de siempre sin sus Sagrados Titulares en las calles de Montilla.
Las previsiones se cumplieron y el Jueves hicieron una tregua las lluvias y como estaba acordado a las 18 horas la Ermita de la Rosa abrió sus puertas para dar paso a una Estación de Penitencia muy esperada, ya que en este año 2013 había novedades que merecían ver la luz sin igual de la Plaza de la Rosa. Por orden de salida la nueva y remozada cuadrilla del paso de Jesús en la Oración en el Huerto tenía que dar el paso adelante para demostrar de lo que son capaces y estrenar esa nueva mesa del paso, donde se han quitado los varales y se han cambiado por trabajaderas. El trabajo duro desde octubre ha tenido fruto, han sabido mantener la esencia del paso de La Oración, pero con aires nuevos. Ellos fueron los encargados de romper las nubes que poblaron la Plaza de la Rosa y dieron paso al gran día, nublado, pero como cada Jueves Santo, brillando más que el Sol.

El paso del Titular estrenaba ilusión y banda nueva, el resultado son las ilusiones renovadas de toda la cuadrilla con ganas de afianzarse y ampliarse y de la banda que decir, para quitarse el casco con plumas y todo y aunque no hay más ciego que el que no quiere ver, o en este caso más sordo, "esto suena pa rabiar", tronche quien tronche. La fusión banda-paso ha sido posible tras 29 Primaveras, buena prueba de ello es la presentación en la Parroquia de San francisco Solano ante la Franciscana Hermandad de Humildad y Paciencia y la Virgen de la Caridad. Los sones de "Enmanuel", sirvieron para que el canasto barroco de El Preso se adentrara hasta el atrio y besase las columnas que soportan la planta superior, tras andar con el izquierdo por delante.
El Paso del Stmo. Cristo de la Columna, de nuevo fue ese camino sobrio que se prepara para la flagelación de Cristo, un camino que solo saben preparar nuestras hermanas costaleras y que cada tarde del Jueves Santo con ilusión y fe y salen a andar, siempre confortadas por al música de la Unión Musical de Montilla, que marcha tras marcha aúpan el ánimo de estas jóvenes, hijas, madres... A pasearse con toda la elegancia del mundo por las calles de Montilla.

Y de nuevo Montilla se vio recompensada con la mirada de Nuestra Madre, María Stma. de la Esperanza, llevamos esperanza a cada uno de los rincones que recorrió el palio de la Reina del Jueves Santo, un camino guiado al ritmo del tambor de la banda montillana Pascual Marquina. Un río verde que desembocaba en las nuevas dalmáticas de brocado verde y oro del cuerpo de ciriales que veían la luz por primera vez este año y que siguieron los pasos de las mujeres ataviadas con la típica mantilla española, de negro riguroso como manda el protocolo y con la juventud propia que siempre tenemos en esta casa.
Desde aquí felicitar a cada uno de los componentes del cortejo, desde la Cruz de Guía, hasta el último componente de la banda Pascual Marquina que cerraba el cortejo. Todos han hecho su labor, algunos dedicando muchísimo tiempo y trabajo, otros menos, pero a nadie discutiremos que lo ha hecho con toda su fe y con todo el amor a nuestros Titulares.

El Jueves Santo no hubo Sol, aún así, fue un día que brilló todo, en especial vosotros, los hermanos de esta Hermandad, porque ser "panciblanco" solo está al alcance de los elegidos, se gesta a fuerza de vivencias, de miradas, de momentos inolvidables, de pasitos cortos, de llamadas del martillo, de levantas valientes, de rachear alpargatas o zapatos, de vestir un hábito que se te eriza el bello de solo verlo y de mirar a nuestros Titulares a la cara, por eso nos sentimos orgullosos de ser Hermanos de nuestra Hermandad, somos del Preso y la Esperanza, de la Oración o de la Columna, vamos... Panciblancos convencidos.

foto: Toñi Barba


foto: Toñi Barba

foto: Toñi Barba